Crecimiento sostenido de las inversiones en las empresas asociadas a ANEL

Fotografía cedida por Hiruki, SLL que muestra la inversión en tecnología de la empresa
Las empresas asociadas a ANEL invirtieron 26 millones de euros en 2013, lo que supone un crecimiento del 24% respecto al año anterior. Este esfuerzo inversor viene a confirmar la tendencia constante de incremento de las inversiones desde 2009 y “es consecuencia de la fortaleza de la Economía Social, un modelo de empresa que capitaliza los resultados y así refuerza su capacidad financiera para afrontarlas”, como apuntan desde la Asociación.
Una cantidad que, además, es la segunda cifra más alta en la última década tras el excepcional ejercicio que supuso 2007 y en el que se alcanzaron los 32 millones de euros.
Así, más de la mitad de las empresas asociadas a ANEL realizaron inversiones el pasado ejercicio hasta alcanzar la cifra acumulada de 26 millones de euros, con el mayor volumen concentrado en las grandes empresas industriales.
En conjunto, la cifra relativa de inversiones de 2013 supone un 6,4% de la facturación acumulada por las empresas asociadas. Desde ANEL se destaca que durante estos últimos años, a pesar del difícil panorama económico, este ratio no ha descendido del 4,4% de la facturación.
La apuesta continuada por la inversión aún en épocas de crisis, “es una nueva prueba del compromiso de las empresas de Economía Social por proyectos empresariales de largo recorrido, que miran mucho más allá de las dificultades del corto plazo. El esfuerzo inversor es en estos periodos mucho más exigente, por el impacto que supone en el resultado a corto y en la liquidez de las empresas”.
Incentivar más la inversión
Las solicitudes de empresas de Economía Social han agotado nuevamente las ayudas a la inversión que ofrece el Servicio Navarro de Empleo tanto para las partidas presupuestarias de 2013 como de 2014.
Sin embargo, el potencial inversor de las empresas de Economía Social es todavía mayor, si se incentiva que las pymes y micropymes, que constituyen un elemento fundamental de este tejido empresarial, puedan llevarlo a cabo.
De ahí que sea necesario un “esfuerzo compartido” entre empresas y Administración, y que esta última contribuya en mayor medida a mantener e incrementar el impulso inversor de las empresas de Economía Social, incentivando en especial aquellas inversiones “destinadas a mejorar la competitividad de estas empresas como camino para el mantenimiento y creación de empleo”.