Coach: un “juego” que conduce al éxito empresarial

Quizá las palabras coach o coaching suenen algo desconocidas para muchas personas, pero podríamos equipararlas a un juego de estrategia aplicado al ámbito empresarial donde, en primer lugar, deben establecerse una serie de reglas que ambas partes tienen que respetar hasta el final del juego. El coach es la figura que acompaña al individuo/líder a lo largo de todo el proceso que culminará cuando haya alcanzado la seguridad en sí mismo (emancipación).
Esta es la idea clave que transmitió Carmen Mellina, directora general de la Escuela Europea de Coaching en Zona Norte, acompañada por Patricia Rodamilans, responsable de Proyectos de la EEC Zona Norte, a los asistentes a la charla conducida por María José Vivar, psicóloga, coach profesional por I.C.F (International Coach Federation) de la Escuela de Gerentes.
«El discurso del Rey», de Tom Hooper, fue el filme elegido por las coaches para explicar, mediante ejemplos, en qué consisten y cómo se aplican las herramientas que mejoran la comunicación en las empresas. Y es que, en las organizaciones existen algunos problemas que quizá se deban a una escasa o mala comunicación, a la falta de liderazgo y de escucha.
Es en esos casos en los que se detecta que el líder tiene una dificultad de este tipo, es necesaria la figura del coach, que siempre acompañará a lo largo de todo el camino al líder hasta que éste consiga su objetivo, momento en el cuál, se romperá su relación de empatía. Nunca de simpatía, ya que en el momento en el que la relación empática se torna en la otra, se pasa a validar todo lo que el líder hace.
Las reglas inquebrantables del juego
«El coach es un juego donde se establecen unas reglas desde el principio. La otra parte es la que decidirá si las acepta o no. La perfección no existe, pero el objetivo es que ese discurso interno concuerde con lo que estamos diciendo», afirmó Carmen Mellina.
Para ello, debemos hablar desde lo que nos pasa con honestidad y no desde lo que tenemos que decir, lo políticamente correcto, de tal forma que la otra parte sea consciente de que le comprendes, dejando los juicios a un lado. «Nosotras trabajamos para que los líderes posibiliten un entorno de confianza en el que se diga no sé, ¿me puedes ayudar?», explicó la Directora General de EEC. Todo ello con el objetivo de pasar de ese paradigma del miedo a desarrollarles, a que crezcan, a que sean autónomos y, por consiguiente, que tomen decisiones cada vez más importantes y más graves.
Las competencias clave
1. Confianza. Esta competencia la ilustraron con la primera escena que es en la que la mujer del Duque Alberto de York pide ayuda al logopeda Lionel Logue debido a la tartamudez de su marido. Por tanto, el papel de la esposa sería equiparable al de la persona de recursos humanos en la empresa. Es ella quién establece las reglas del juego: el terapeuta tiene que ir a su casa, ser discreto, tratarle con el debido respeto, etc. ¿Por qué? Por miedo a mostrar la debilidad del duque de York. Lo cual, «es algo muy humano, creemos que en determinados puestos debemos ser perfectos. Nosotras hablamos entonces de una palabra vulnerabilidad, por lo que es muy importante crear un marco de confianza desde el principio y ser nosotros mismos», subrayó Mellina.
2. Compromiso. El segundo fragmento, que es cuando comienza a tomar clases y a trabajar duro, habla de la perseverancia y el esfuerzo. «El couch debe vigilar el compromiso, y haciéndole saber que ese trabajo es obligatorio. Es un medio que nos sirve para saber cómo de comprometido está», comentó la directora de la EEC.
3. Responsabilidad. En la tercera escena que eligieron las ponentes para la charla se muestra cómo el terapeuta (coach) tiene el control sobre el líder (duque Alberto de York). Lionel tiene una serie de hipótesis sobre la vida del Duque que va contrastando mediante preguntas, a las que éste responde sincerándose. El coach logra saber importantes e íntimos acontecimientos de la vida del Duque, siempre desde la posición de la empatía y con el mando absoluto del marco.
4. Igualdad. En esta escena, el Duque de York se entera de que Lionel no es terapeuta profesional a lo que éste le contesta retándole de tal forma que se convierte en facilitador. «Esto es continúo en la empresa porque si simpatizamos no vamos a ser capaces de ver las posibles trampas. Debe establecerse una relación de igualdad», aseguró la responsable de EEC.
5. Seguridad/Empoderamiento. Esta escena es la más importante: el Duque de York debe dar el discurso que ha ido trabajando con Lionel durante toda la película. «Hay una constante en la escena de creer en la personas, lo cual, ejerce un efecto tractor. Una vez que el líder tiene seguridad y que se empodera, se acaba la relación para este reto y el coach desaparece», explicó Mellina. Otro elemento importante es el feedback de la hija mayor cuando le dice: «al principio te has parado un poco, pero luego genial». Esto es enriquecedor y lo que suele pasar en las empresas es que al jefe no se le da feedback.
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