12 barreras a la colaboración que las empresas deben derribar

En mi experiencia profesional en ttandem hemos aprendido que la colaboración es una clave del éxito. En los casi 3 años de trayectoria que llevamos en el mercado nos ha sido imprescindible haber establecido una red de colaboradores que nos permite trabajar de forma proactiva en función de las necesidades y los resultados que nos plantea el cliente.
Somos muy conscientes de los potenciales beneficios de la colaboración, como pueden ser: reducir los costes y mejorar la eficiencia, incrementar las ventas, alcanzar a resultados más innovadores o crear un modelo de trabajo más sostenible. Y sabemos que la colaboración supone un cambio en cómo pensar la organización de la empresa, la estrategia, el modo de trabajar y el tipo de liderazgo.
¿Cómo construir entornos de colaboración exitosos? ¿Por qué se colabora tan poco y tan mal?
Aquí te explico las 12 barreras que hemos detectado que obstaculizan la colaboración. Espero que te ayude también a ti a detectarlas en tu empresa y lograr un entorno empresarial más colaborativo.
1. SOBREVALORAR LA COLABORACIÓN
Es verdad que la colaboración tiene muy buena prensa pero hay que saber también que colaborar tiene un coste. Evita los mitos de la colaboración porque la colaboración no es la panacea para todo. Es mejor no colaborar que una mala colaboración.
La clave del éxito en la colaboración es saber cuándo decir que no. Sólo debes colaborar en aquellos ámbitos, proyectos cuando la colaboración es el mejor modo de mejorar su realización. El objetivo de la colaboración no es la propia colaboración sino conseguir mejores resultados. Colaborar no es fácil, lo que es fácil es colaborar mal.
2. FALTA DE COMUNICACIÓN
En los entornos donde las personas son capaces de comunicarse de modo empático y confiado, existe más predisposición al grupo, a llegar a soluciones inesperadas y a evitar presunciones típicamente individualistas.
La comunicación es la savia que recorre un sistema de colaboración. La base de toda colaboración es la triada: “Hablar-escuchar-entenderse”.
3. ENTORNO COMPETITIVO
No sirve de nada sumarse a la idea de la colaboración por moda y que solo sean palabras vacías. Es inútil hacer pasar por colaborativo un entorno que sea competitivo o explotador. Si el marco de colaboración no se adecúa a la realidad, la colaboración no durará, no será cierta ni creíble.
Es importante transmitir y contagiar autenticidad con un propósito de largo alcance unificador que motive a la colaboración y que transmita en la empresa su importancia vital.
4. SENTIDO DE LA PROPIEDAD
La cultura prevalente en la mayoría de las empresas ha sido el fomento de la competencia interna y que los trabajadores se parapeten en nichos internos o zonas de confort que consideran de su propiedad al margen o por encima de la visión general de la empresa.
Para evitar que el sentido de propiedad se desarrolle en ciertas áreas de las empresas es necesario un objetivo central que unifique los grupos o las partes, una visión común que prime en primer lugar a la organización en su conjunto.
5. NO SE PROMUEVE EL NETWORKING
Es verdad que no es fácil conocer quién te puede ayudar y que el tiempo utilizado en la búsqueda de alguien idóneo tiene un coste en la productividad. En las empresas se promueve muy poco el networking, cuando se sabe que las personas bien conectadas son buenas encontrando lo que buscan.
6. AUSENCIA DE CRITERIOS JUSTOS Y COMPARTIBLES
No hay colaboración sin confianza y esto es debido a que tendemos a colaborar con aquellos que compartimos ciertas normas o principios éticos firmes. Los sistemas más justos son más productivos que aquellos que tratan a los miembros con arbitrariedad o improvisación. Cuando creemos que nos tratan con justicia estamos dispuestos a colaborar más eficazmente.
7. TRANSFERENCIA DE CONOCIMIENTO
En las empresas menos orientadas a trabajar en equipo o que no saben cómo colaborar, es más difícil la transferencia de conocimiento, experiencia y tecnologías. Si no existe un framework compartible que permita conocer los hábitos de trabajo, las preferencias, las metodologías y prioridades de unos y otros, es muy difícil o imposible colaborar.
8. SISTEMA DE INCENTIVOS QUE NO PREMIEN LA COLABORACIÓN
De nada te servirá llenarte la boca con las bondades de la colaboración si luego promueves lo contrario y bonificas a las personas en lugar de al grupo y no premias la colaboración y compartir conocimiento. Se hace necesario definir un sistema de incentivos y recompensas en las empresas de acuerdo con tu estrategia de colaboración.
9. DESCONFIANZA POR FALTA DE TRANSPARENCIA Y RECIPROCIDAD
Puede ser que desconfíes de la colaboración por experiencias negativas anteriores. Es verdad que algunos hablan de colaboración pero lo que persiguen es extraer valor del grupo en un marco de relación claramente asimétrica.
En un entorno de colaboración todos los elementos que forman parte de la red deben conocer las aportaciones de cada uno de los miembros. Transmite la información de modo transparente. Define también qué información de tu empresa es confidencial y cuál puedes compartir. Evita los contextos de “todo es confidencial” o al menos que la necesidad de confidencialidad no sea una excusa para no colaborar.
10. NO ATENDER A LA DIVERSIDAD
Ten en cuenta que las personas tendemos a la colaboración en grado diferente y esto es variable incluso en cada uno a lo largo del tiempo. No se trata que algunos no sean capaces de colaborar, sino que les va a costar más esfuerzo. Por ello se requieren sistemas flexibles en los que movernos y tomar decisiones, para motivar e incentivar a los más reticentes a hacerlo.
11. ESTRUCTURA MUY JERARQUIZADA
A diferencia de los sistemas jerárquicos, existen estructuras o sistemas de organización como la redarquía y la holocracia más propensos a la colaboración y a interaccionar con el entorno. Estas organizaciones más abiertas, participativas y transparentes sustentadas sobre la confianza y la auto-organización en función de la tarea a realizar, propician lo colaborativo. El sentido de pertenencia y el compromiso con la acción es mayor en las organizaciones menos jerárquicas.
Y por último:
12. FALTA DE LIDERAZGO COLABORATIVO
No se le da la suficiente importancia al papel del líder para orientar correctamente la colaboración en las empresas. El líder debe utilizar su posición de influencia para señalar que la colaboración es altamente valiosa y deseable. Debe desarrollar un estilo colaborativo en la empresa involucrando a otros en la toma de decisiones, hablando positivamente de la colaboración y promoviendo en los empleados el desarrollo de competencias colaborativas.
Txaro Fontalba Arte y Marketing online en ttandem.com www.ttandem.com