Cooperativa para mejorar la calidad de vida de su pueblo y del entorno

15/11/2015·

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El campamento ecológico propuesto por Pan y Chocolate S.Coop es un oasis en medio del desierto, concretamente, a unos cinco kilómetros del Parque Natural y Reserva de la Biosfera de las Bardenas Reales, en la localidad conocida como Puerta de las Bardenas, Arguedas. Un rincón paradisíaco de dónde brotan los valores de la Economía Social, regados con la filosofía del cuidado del medio ambiente, el fomento de la cultura en el día a día y la mejora del entorno y del pueblo, Arguedas. De esta forma, los visitantes que se alojen en este espacio de encuentro, ocio y entretenimiento, estarán contribuyendo directamente, en la mejora tanto del mismo como del pueblo en general, pasando aformar parte del proyecto en común.

Esta nueva cooperativa, asociada a ANEL y ubicada en la Ribera navarra cuenta con, apenas, cuatro meses de vida pero sus seis socios, Carlos Juan Martón Resa (técnico en arquitectura bioclimática y empresario de hostelería), David Floristán Jiménez (arquitecto), Silvana Martón Castellano (empresaria hostelera), Cristina Galarreta Martón (agricultura y cocina ecológicas), Edurne Floristán

Jiménez (gestión y administración de empresas) y Alberto León Alfaro (agricultura ecológica), tienen las ideas muy claras. Todos se complementan muy bien y forman un equipo especializado y completo, lo cual, les permite ofrecer un servicio de hostelería ecológica (alojamiento y restauración) en un entorno natural al mismo tiempo que proporcionan experiencias positivas, momentos de optimismo y felicidad. “Proponemos llevar a cabo un proyecto que dinamice y valore lo local, convirtiendo a la empresa en un bien público a todos los niveles”, recalcan los socios.

Foto del emplazamiento

Culto a la tradición

En primer lugar, apuestan por un estilo de vida sosegado, pausado, meditado y en el que se conozca y se conviva con las tradiciones y los oficios de hace casi un siglo como, por ejemplo, los cañizos. Las cabañas del campamento se van a construir imitando las que utilizaban cuando antaño iban a trabajar en caballo. También habrá una granja y huertos con fines tanto de autoabastecimiento y disfrute de los huéspedes, como con fines educativos para los niños y niñas. De hecho, el nombre de la cooperativa Pan y Chocolate, “hace referencia a una época más entrañable, más familiar”, agregan.

Apuesta por lo local

En segundo lugar, quieren mejorar el pueblo, que todos aquellos amigos y vecinos que compartan la filosofía de la cooperativa, sean socios de la misma, lo cual, repercute directamente en el incremento del empleo, la mejora del pueblo y de la propia empresa, ya que los beneficios que obtengan se reinvierten directamente en la empresa y en la zona. En la comarca, “apostamos por una economía local, potenciando y poniendo en valor la producción, procesado y distribución de productos y servicios cercanos. Además, todas las personas que compartan nuestra filosofía pueden pasar a ser socios de la cooperativa”, explican.

Jaimas con CIELO

Sentimiento de comunidad

Para ellos es muy importante el significado de comunidad y de cooperación, ya que no conciben la empresa sin la participación de sus vecinos y amigos. De ahí que se hayan constituido como cooperativa mixta de trabajo asociado, sin ánimo de lucro y de iniciativa social. La idea que tenemos es que todo el pueblo sea promotor del campamento, por el beneficio del pueblo. Nuestro objetivo es dinamizar, generar una mayor calidad de vida, la unión de todos y todas y que la gente venga a pasar unos días”, afirman.

Pan y Chocolate es una cooperativa que se constituyó el pasado mes de junio tras muchos años dando vueltas en la cabeza de Carlos. Allá por el año 2001, a raíz haber participado en la organización de una actividad ciclista y ver la gran repercusión que tuvo en el pueblo, en el entorno comenzaron a darle vueltas.

Durante unos años, lo dejaron apartado pero en 2012 retomaron el tema y se pusieron a trabajar y a dar forma a la idea del campamento. Toman contacto con otra cooperativa asociada a ANEL, Gure Sustraiak S.Coop y sus socios les informan y les cuentan cómo constituyeron ellos la empresa. “Nos abrieron mucho los ojos y les estamos muy agradecidos. Fueron ellos los que nos recomendaron ponernos en manos de los técnicos de ANEL”, subrayan.

Estos seis emprendedores tuvieron muy claro desde el principio que su empresa debía formar parte de la Economía Social pero no sabían muy bien qué tipo de forma jurídica darle y en ANEL les recomendaron constituirse como una cooperativa mixta de trabajo asociado y de iniciativa social. “Estamos muy agradecidos a los técnicos de ANEL porque nos han ayudado mucho durante todo el proceso de constitución”, opinan.

Aún les queda un largo camino que recorrer ya que, una vez puesta en marcha la empresa, deben comenzar con la primera fase de construcción del campamento “que estará finalizado para 2017”. Ganas no les faltan, tienen mucha ilusión puesta en este proyecto de vida.

“Queremos que los visitantes que vengan a pasar unos días al campamento, disfruten de esa forma de vida de antaño, porque en definitiva, la felicidad una actitud, un estado de ánimo y no un mero objetivo”, concluyen.

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